Una misma esencia
La esencia divina femenina es inherente a todos los seres. A nosotras, las mujeres, nos une por caminos que están llenos de fuerza y belleza. En diferentes partes del mundo compartimos sagrados oficios que desde siempre fueron confiados a la mujer por su delicadeza, detalle, amor y dulzura. Quizás uno de los más importante es la espiritualidad, esa que es tan natural en nuestra vida y tan escasa en estos tiempos. La mujer en el judaísmo
es la raíz espiritual de la educación, responsable por los valores que se transmitirán de generación en generación. "Ama a tu esposa como a ti mismo y hónrala más que a ti mismo". Yevamot 62-b:Talmud.
En la tradición védica encontramos una gran similitud, en la que se afirma que nosotras tenemos una fe más sencilla y natural, tomamos más fácilmente refugio en la devoción y, de esta manera, es nuestro deber proteger la espiritualidad en el hogar. “El maestro que enseña el verdadero conocimiento es más importante que diez instructores. El padre es más importante que diez de estos maestros del verdadero conocimiento y la madre es más importante que diez de estos padres. No hay mayor gurú que la madre..." ( Mahabharata, Shantiparva, 30.9)
La mujer en la cultura Maya tuvo posiciones muy elevadas como gobernantes y su papel en la economia también fue de gran importancia, ya que elaboraban hermosas piezas de cerámica, tejidos y trabajaban el algodón para hacer ropa. Además se encargaban de la tierra y la cocina, garantizando así la preservación de sus tradiciones y la unión familiar.
En la antigua Mesopotamia encontramos el mito de la diosa Inanna, quien baja a la Tierra para enseñar a las mujeres el arte de tejer, arte que hasta el momento se preserva como un saber femenino, no sólo en esta región, si no en muchas tradiciones del mundo. Para el pueblo Muisca el tejido representa las cualidades y virtudes de una mujer, donde las historias y pensamientos quedan en sus tejidos. Una abuela embera Chami contaba que lo más importante del tejido es el pensamiento, así nuestra riqueza cultural es preservada en el arte del tejer.

las vestales de Roma
Las mujeres siempre fueron sacerdotisas. En la antigua Roma existían las vírgenes Vestales, quienes consagraban su vida a la diosa Vesta quien preserva el fuego en el hogar. En la cultura Vaishnava encontramos las Brahmacarinis, mujeres que voluntariamente dedican sus vidas a la vida monástica y al bienestar de todos los seres. En la cultura celta se encuentran las Senas, mujeres que vivían en templos femeninos y quienes eran capaces curar las peores enfermedades. En el antiguo Egipto las sacerdotisas se encargaban de hacer las ceremonias y de bailar hermosamente para la Diosa Madre.
Nuestras raíces están conectadas en lo más profundo del corazón de nuestra Madre Tierra, allí reposan nuestros deseos y esperanzas. Nuestros corazones no sólo están conectados a ella, si no que también a los corazones de todas las mujeres del mundo, somos hechas a imagen y semejanza de la grande Madre, siendo así hermanas del alma. Nuestra esencia divina yace en cada una de nosotras, compartiendo lazos profundos y saberes ancestrales inherentes a la sagrada feminidad.
Lalita.
Bibliografia
HTTP://WWW.STEPHEN-KNAPP.COM/WOMEN_IN_VEDIC_CULTURE.HTM
LA MUJER MAYA Y SU POSICIÓN SOCIAL, JULIA ALONZO
EL TEJIDO COMO PROCESO DE EDUCACIÓN ANCESTRAL PARA LA
FORMACIÓN INTEGRAL EN LA COMUNIDAD MUISCA DE FONTIBÓN, HEIDY MILENA
MORALES VEGA
LA MUJER LIBERADA, SRILA PARAMADVAITI SWAMI