Tu sanación es la mía
Por Fatme Troya, Scotland

Conversando con la Madre me decía: Tu sanación es la mía
Un maestro chiquitito me enseño a caminar, cuando iba por ahí toda desesperada por encontrarle una respuesta a mi alma angustiada. Fue allí qué vino Ella, toda coqueta, dibujada en alegría a sacarme una sonrisa entre lágrimas y suspiros. Dime tú, Madre Naturaleza, ¿Cómo vuelvo a mi centro, como me equilibro, si veo tu tristeza y padezco de la misma? ¿Cómo me encuentro, al perderme en el olvido, en el manto de la noche, en un escondite vacío, en la madrugada sin reproche, en los besos de un Amor perdido.. Regresando a verme me decía: Yo Soy contigo amada mía, nunca temas o dudes de que no estoy cerca. Yo Soy tú misma, alimentándome para generar vida. Es el juego de experimentar para observar una distinta perspectiva. Recuerda que no es necesario generar expectativa, con amor, ¡Espera! La paciencia aquí será tu guía. No es necesario etiquetar al objeto porque se limita, recuerda, estamos para esparcir la nueva vibra. Sigue tu intuición, ella es tu guía. Si escuchas sus susurros llegarás a donde no ha llegado la ciencia. Al espacio donde la expansión Es, la orden del día. Y para ello baila, conecta con tu energía. Permítete ser una con el Arte y la Poesía. De tus hermanos los Elementos ve aprendiendo a fluir sola y sin esfuerzo, como la brisa cuando rosa tus mejillas o como el fuego con su danza alquímica. Y yo le decía: Ay Madre mía, derrites las resistencias de mi corazón al arrullarme con ternura y tanta compasión. Dime Madre divina, ¿Cómo ayudo en este ahora para que la transición sea efectiva?
Cuidando tu templo, me decía, reconociendo tu sangre que es mi medicina. Abrazando cada parte, explorándote cada día. Y es que sí, Somos Una hija mía, tu armonización es también la mía, es tu cantar mi melodía y tu sanación la puerta hacia el Nuevo paradigma..
