Relato de un rito de menarquía
Por Zulma Moreyra

Su mamá llego como tantas otras mujeres al círculo, deseando saber más porque veía a su hija creciendo y quería estar preparada.
Escucho atenta como todas contaban sobre como las hormonas actuaban sobre sus hijas.
Lila, su hija tenía 11 años y Natalia ya había observado los cambios físicos de su hija, sabía que pronto llegaría su menarquía.
Natalia hablo conmigo y entre todas las mujeres de círculo nos pusimos de acuerdo y nos reunimos algunas veces antes de la celebración, cortamos telas, cosimos toallitas femeninas ecológicas y bordamos una toalla con un útero florido, otra preparó una caja especial para guardar el ajuar y otra armó una pulsera con dijes representando las 4 fases del ciclo y piedras de coral.
En esos encuentros charlamos sobre los cambios hormonales y físicos, de las emociones, de como abordar la sexualidad y el cuidado de su cuerpo. Recordamos nuestras menarquías y como nos hubiese gustado que fuese. Algunas contaron como había sido las de sus hijas y compartieron como abordaron estos temas.
Estábamos listas para cuando Natalia nos dijese que a Lila le había llegado su sangre...no paso mucho tiempo unos meses talvez. Y recibimos el llamado, quedamos de acuerdo y nos reunimos en casa de la agasajada...éramos solo mujeres, la abuela, algunas tías y primas, las del circulo, y las amigas mas íntimas.
Llevamos comidas bebidas, torta y hasta flores, era una fiesta. Cantamos canciones, jugamos algunos juegos de niña, cuando sentimos que estábamos en confianza, comenzamos a entregarle los regalos a Lila, primero el útero donde le explicamos sus cambios hormonales y que sucedería en él, luego la pulsera y las toallitas donde le contamos como se sentiría en el ciclo y finalmente todas armamos un túnel rojo por donde Lila pasó y del otro lado su mamá la esperaba con un cuaderno para registrar sus emociones y vivencias y un conjunto de ropa interior de jovencita.
Su mama le dio la bienvenida a la ciclicidad. Le pintamos las uñas le pusimos colorete y seguimos celebrando.
Había mucho más, pero eso continuaba en la intimidad familiar.