PARA SER REFERENTES DE LIBERTAD…
Actualizado: 26 mar 2020
Por Anna A. Miranda, Colombia
TMM certificada
En esta oportunidad les quiero compartir una reflexión de los últimos meses.
Suelo dirigirme siempre en mis notas a niñas y adolescentes, a menarcas, y a aquellas que las acompañan en el camino de su autoconocimiento… en esta ocasión me dirijo más bien a la segunda, a la mujer adulta que acompaña, o a cualquier mujer que pueda resonar con estas palabras.
Soy una madre gestante – y primeriza –, cerca de acabar mi segundo trimestre. Derramada y gozosa en este proceso-medicina que tanto me enseña cada día.
Decidimos, con el papá de la criatura que habita mi vientre, no saber el sexo hasta que él/ella mismx nos lo mostrase, es decir, hasta su nacimiento.
En algún momento empecé a sentir fuerte que se trataba de un niño, bueno, por qué no decirlo, tengo una predilección hacia los niños, con los que conecto de maravilla, y aunque realmente amo a este ser que me habita profundamente indistintamente de que sea niña o niño, algo dentro de mí deseaba a ese niño, y algo sentía que lo era.

Pero profundizando más en la cuestión, en algún momento visioné una niña, visioné esa posibilidad, y reconocí un miedo, no grande pero latente, a traer a una niña a este mundo misógino y patriarcal que, lamentablemente, habitamos.
Me di cuenta de que, a pesar de pasármela hablando con niñas de su sexualidad, no sabía si estaba preparada para guiar a mi propia hija en el camino, o más que no estar preparada para ello, me aterra el sometimiento y el miedo bajo es que tantas veces nos encontramos. Yo puedo haber trascendido muchos de estos miedos, yo puedo ser una “rebelde no violenta” que no tiene ninguna intención de permitir ser reprimida, pero ¿bastará con que yo lo sea?
Y poco a poco, puliendo reflexiones, me voy percatando de que una no enseña a otra a ser rebelde, insumisa, gozosa; una lo es, lo muestra sin vergüenza, y la otra lo toma en cuanto vibra con ello. Empecé a hablarle al ser que está en mi vientre de nuestra insumisión, de que no podemos permitir que se nos repriman nuestros deseos, nuestros anhelos, él/ella lo está oyendo desde el vientre, lo está sintiendo, lo está vibrando; y si yo logro ser coherente con ese discurso, hacerlo real para mí en mi vida, él/ella también podrá lograrlo.
Otra cosa que me parece importante es hablar sobre realidades y mostrarlas en la medida que sea posible – y en su debido momento –; vivimos en un mundo en el que aún se llevan a cabo prácticas terribles como la ablación, en donde hay cantidad de niñas embarazadas a las cuales en muchos países no se permite abortar, en donde suceden cosas e invisibilizarlas no hará que desaparezcan, sino todo lo contrario.
Así pues, además de ser ejemplo coherente, podemos usar materiales como cuentos y videos, tanto para hablar de placer, del propio cuerpo, de sexualidad; como para visibilizar realidades duras de las que a veces no es tan fácil hablar sin algún tipo de apoyo.
Algunos materiales…
El tesoro de Lilith (cuento), es un recorrido por el camino de tránsito entre niña y mujer y la valorización de la sexualidad femenina. Al final incluye una interesante guía de sexualidad femenina. https://eltesorodelilith.com/ (en la web puedes encontrar otros recursos.El clítoris y sus secretos (libro-cuento), nos habla del clítoris, ese gran órgano de placer que ha tratado de ser eliminado de los manuales de anatomía en distintos momentos de la historia, y eliminado de nuestros cuerpos en distintas culturas o situaciones “médicas”. https://www.uvigo.gal/opencms/export/sites/uvigo/sites/default/uvigo/DOCUMENTOS/igualdade/El_Clitoris_y_sus_secretos_definitiva_web.pdf Tea Consent (cortometraje), una tira cómica en formato audiovisual que habla del sexo conSentido de manera divertida https://www.youtube.com/watch?v=oQbei5JGiT8
… y hay más que les iré compartiendo en próximas publicaciones.

Recuerden, somos ejemplo y somos portadoras de palabras de realidad, esa es la vía para, de a poquitos, ir cambiando esas realidades y poder caminar hacia la equidad, el respeto y ¡la libertad!