Obedecer

Antes obedecía los criterios de la sociedad, ahora me obedezco, me respeto.
Obedecer, o más bien cuidarse a uno mismo, no es una actividad egoísta.
Estamos aprendiendo a observar nuestra escucha y expandir la intuición femenina, que nace del corazón. Por eso, identificar límites, capacidades, gustos, sensibilidades, ritmo entre tantas cosas, nos ayuda a fluir mejor en nuestra existencia y permanencia en el planeta.
Sabemos que toda mujer es sabia por naturaleza y esta grandeza de conocerse a sí misma, nuestro bien y nuestro mal, es una evolución en estos tiempos. De hecho, una revolución a los ojos del empoderamiento y la autogestión del cuerpo.
Trabajar en el presente y con declaraciones como estoy llena, viva, sana, en armonía conmigo misma y con el todo, entre muchos más, son parte de la medicina diaria del buen vivir.
Aline Neri