¿LOS HOMBRES SON CÍCLICOS?
Por Daniel Alcanoni, Argentina
El simple hecho de preguntarse esto, atrae. ¿Por qué? Porque abre la posibilidad a que se conozca algo nuevo y poco hablado dentro de la cuidadosamente cincelada “identidad masculina”. Da cuenta de que, además de los incómodos patrones, mandatos, estereotipos y privilegios, puede sumarse algo más que quizás no a muchos les guste, porque la respuesta les expulsa del confort tradicional e invita a cambiar, a caminar otra opción: la deconstrucción.
La respuesta es SÍ; al igual que todos los seres que habitan este planeta, los hombres llevan en su interior un proceso propio de sus cuerpos llamado ciclicidad. Esta es la convergencia del yo físico, emocional y mental en consonancia con los procesos naturales que transcurren de forma inevitable alrededor. En armonía con estos últimos es que se tiene y vivencia la Ciclicidad Masculina.

En el caso del hombre, la ciclicidad es diferente a la de la mujer. En él, la incidencia del entorno resulta determinante en cuanto a su calidad y buen desarrollo. Por ello, es muy importante la toma de conciencia de su ciclo, para que pueda deconstruir aquellos aspectos externos que lo han condicionado al no entendimiento, al no conocimiento y, más aún, a no vivenciar esto que es natural en cada uno de los varones.
Es fundamental que trabaje en conjunto reconociéndose, mirándose y contemplando su interior, observando el camino que lo comunica con quien verdaderamente es. Para esto, el desafío es deconstruirse identitariamente, dejar de ser quien le dijeron que tenía que ser como varón y ser quien elija por sí mismo. Es una invitación a derrumbar los mandatos y patrones sociales, a reconocerse como hombre sintiente que puede empatizar con la otra persona, a percibirse como parte de un todo que lo contiene, lo cuida y lo provee.
Hacer consciente su yo natural le permite entenderse, poner en luz y palabra aquello que siente y no sabe explicar, a las emociones que afloran y no sabe cómo calmarlas, a la mente que lo llena de pensares y no se deja frenar. Reconocer su Ciclicidad resulta una puerta, o quizás una ventana, que abre la posibilidad de crecer como hijo, padre, abuelo y compañero; como hombre. Lo empuja a vencer la dualidad, donde lo impuesto caiga y prevalezca la simpleza natural.
Daniel Alcanoni

Hijo de Estela y Roberto, el menor de cuatro hermanos, Compañero de Majo y Amigo de much@s. Terapeuta en Flores de Bach, estudiante avanzado de Terapia Gestalt y formado en Ciclicidad Integral Masculina.
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