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LA PRIMERA GOTA DE SANGRE: ELEGIR PRODUCTOS DE HIGIENE MENSTRUAL


Por Anna Miranda, Colombia

Terapeuta Menstrual Certificada

Seguro que en televisión has visto montones de publicidades de compresas o toallas higiénicas y de tampones, esas mismas que muestran un líquido azul que, por cierto ¡es mentira! La menstruación es roja, como quizás ya sabes. Esta sangre sagrada que emana de tu vagina mes a mes es roja igual que la sangre que corre por tus venas, la diferencia es que esta proviene de tu útero, centro vital y creador de tu cuerpo.

Una de las primeras cosas que suceden cuando llega tu primera menstruación es que empiezas a elegir los productos de higiene que vas a utilizar (y los utilizarás durante muchos años). Vas a tener como opciones muy “prácticas” toallas y tampones desechables, pero aunque supuestamente cómodas estas tienen muchos inconvenientes.



Hay mucha información en red sobre las sustancias tóxicas que contienen estos productos desechables, que ponen en riesgo nuestra salud. Puedes consultar en este link del blog Ginecosofía. Además de los tóxicos y las alergias que pueden generar – a mí, por ejemplo, siempre me generó mucha irritación en las ingles el pegante de las toallas y el material de las alas de las compresas grandes, y este fue el motivo por el que inicié la búsqueda de opciones alternativas – cada toalla higiénica o tampón que botamos es un residuo más para nuestro planeta, ¡que ya está bastante contaminado! Y es que si haces un cálculo del número de productos desechables para la higiene menstrual que usarías a lo largo de tu vida, el resultado te dejará abrumada. Según algunos cálculos el gasto de compresas y tampones de una mujer en un año es de entre 200 y 300 que tardan más de 150 años en degradarse; y a eso súmale todo lo que le cuesta a tu bolsillo pagar tanto residuo.

Pero es que además de todo esto, los productos de higiene menstrual desechables, que modifican nuestros fluidos, impiden que podamos reconocernos en nuestra sangre, impiden nuestro autoconocimiento, y son una herramienta más para hacernos creer que nuestra sangre es algo sucio que hay desechar, sin mirar, y mucho menos tocar.

Y, ¿por qué es importante que conozca mi sangre?

Es importante conocer todos los fluidos de mi cuerpo, y así como si tengo una orina muy oscura puedo deducir que algo no está bien, el color, olor y textura de mi sangre son indicadores de cómo está mi cuerpo, tanto física como emocionalmente. (Hablaremos de esto más profundamente en una próxima nota).

Pero además, conocer mi sangre y reconocerme en ella es conocer mi esencia femenina y reconocerme como mujer, es aceptar mi cuerpo y no rechazarlo, y es sobre todo honrar mi ciclicidad y mi útero.

Así pues, existen múltiples opciones para nuestra higiene femenina que permiten este nivel de autoconocimiento, que requiere poder ver la sangre tal y como es, sin químicos que modifiquen su olor (que no es malo) ni su color, ni nada.

Una de las más conocidas en la actualidad es la copa menstrual, que es una buena alternativa sobre todo porque permite ver la sangre tal cual es; también existe la esponja marina – que funciona como un tampón pero natural y tiene una vida útil de unos seis meses -, las toallas o compresas de tela – que a mi parecer es muy importante que sean blancas, por mucho que esté de moda llevarlas de mil colores – o, incluso, el sangrado libre.

El sangrado libre es la capacidad de saber en qué momento va a salir sangre de mi útero – ya que la menstruación no es un flujo constante los 2, 3 o 4 días de sangrado – aguantar apretando el esfínter de la vagina y soltar para que fluya hacia el exterior allá donde queramos depositarla. El hecho de que esto sea posible, y sabemos que es posible, demuestra una vez más que no tenemos un autoConocimiento suficiente de nuestros cuerpos y que tenemos la capacidad de controlar esto igual que lo hacemos con la orina, pero se nos enseña demasiado tarde.

Recuerda que el sangrado es el final de un ciclo y llega para limpiarlo, para permitirnos que soltemos todo lo que debemos soltar. La menstruación no es una tortura o un castigo, es una oportunidad.

Así pues, a la hora de elegir tus productos de higiene sé cuidadosa y valora ese fluido rubí que cada ciclo sale de tu cuerpo, que viene a recordarte quien eres y cómo estas, que es sangre de vida y no un desecho más.




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