La mujer niña
Su cuerpo le envió un mensaje en forma de dolores de hueso. Pero la mujer-niña tomó la enfermedad como castigo divino, se deprimió más y tomó un exceso de medicamentos que dañaron sus riñones, órganos ya debilitados por su miedo a la soledad.
La mujer-niña, sometida a la tortura que para ella suponía la diálisis, regresó psicológicamente a sus años más dependientes, y deslizó la rabia infantil de unos padres que no la amaron hacia las personas que la cuidaban, que la llenó más y más de culpa. Entendió que el castigo divino, se dirigía ahora hacia todo lo derivado de su enfermedad renal.
La mujer-niña acabó sus días sin entender nada, pidiendo amor, sin hacerse adulta... Y ese Dios que no castiga, nunca fue escuchado.
¿Vuelven a aparecer hilos invisibles que unen sucesos del presente con recuerdos dolorosos? Aprovecha, revivimos para sanar.

Carmen Guerrero y Paco Bau
Almanaque Sanador
Que tengas un buen día!!!
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