La importancia de no obligar

Hace poco les contaba un poco la experiencia con las llamadas y conclusiones previas obtenidas. Uso la palabra anterior porque esto es solo el comienzo de un gran vuelo.
Curiosamente, los brasileños son conocidos como personas que dejan todo para última hora. Desafortunadamente, en la práctica, las consultas fueron exactamente así, un poco precisas en el tiempo de respuesta, redacción e implementación de la última etapa del curso.
El intento de respetar el tiempo de las personas dificultó el ritmo de avance. Tuve que hablar con las consultoras para saber si realmente estaban dispuestos e interesados en completar la terapia. Fue necesario comprometerme con el tiempo que teníamos disponible para terminar el trabajo con ellos, así como mi propio trabajo de escritura. Ninguna de ellas accedió a abandonar el proceso, así que seguimos adelante.
A medida que nos acercábamos a las últimas citas, la fecha era más justa que antes. Fallar con el tiempo sería perder la oportunidad de escribir la tesis. Dos de las cinco consultoras no completaron la terapia porque ellas mismas tenían otras preferencias en ese momento. No se dieron por vencidas, simplemente no había forma de esperarlos más, y en ese caso, no podía forzar a nadie.
No obligar en cierto sentido, porque tener que establecer un ritmo o un límite de tiempo era una especie de obligación y ciertamente me molestaba. Tuve que aprender a aceptar y dejar ir.
Me hubiera gustado mucho haber terminado estas consultas, principalmente porque una de ellas no sabía nada del ciclo, mientras que la otra tenía un útero especial, conocido como útero bicorne – cuando el útero se divide en dos y tiene forma de corazón . O sea, para uno de ellos era un universo que se abría y en relación al otro era un caso desafiante para mí. Así que no terminar la tesis de ellas me afectó en que disfruté juntas de este descubrimiento, fue como mi propio descubrimiento. La frustración era inevitable, me recordó a una de las clases en las que Zulma mencionaba la importancia de empezar y cerrar un trabajo con una mujer.
Después de entregar la tesis, pensé en terminar el servicio con ellas, pero ha pasado tanto tiempo que hasta yo misma perdí el interés.
Como consuelo queda la reflexión de que la terapeuta menstrual es una escolta de procesos. Ante esta perspectiva, abrazo nuestros procesos tal como fueron y son.
Aline Nieri