Indispuesta
Por Belén Caminotti, Argentina
Estoy indispuesta a nombrarme "indispuesta". Durante mucho tiempo dije "estoy indispuesta" en vez de decir "estoy menstruando". Pero el Lenguaje nunca es inocente...el nombrar nunca lo es. En ese concepto de "estar indispuesta", ocultaba la noción de Menstruación. Creo que ese modo de nombrar fue heredado de algunas mujeres que me rodeaban. De ellas tomé una "indisposición" al menstruar que, desde mis primeros sangrados, me desconectó de mi ciclo, de mi cuerpo y de mi esencia femenina.

Cuando me nombraba desde una indisposición incómoda, sucia, dolorosa, molesta, sólo podía vivir mi sangrado como días limitantes a ocultar. Tenía un cuidado descentrado hacia mí. Me cuidaba de tener apósitos, alguna pastilla, de no marchar mi ropa, de que no se me note, de que no coincida mi sangrado con alguna fecha importante, de poder hacer todo lo que debía cumplir sin que se entrometa. Estaba indispuesta, sin dudas. Hasta que un día comencé a dudar de mis dudas. Al poco tiempo comencé a dudar de mis certezas y de las cosas que tomaba como naturales. Poco a poco, comencé a mirar a mi alrededor: las estructuras, las ideologías imperantes, los discursos circulantes. Fue mi momento de comenzar a desheredar (me) de muchas palabras que me venían rodeando y nombrando. Reordené mi universo de significantes y dejé de "estar indispuesta" para comenzar a menstruar. Me encontré con mi sangre, con mi ciclo, mis lunas, mi útero, mi cuerpo, mis cambios. Me dí lugar a vivir una indisposición cómoda centrada en mí. Cuando estoy menstruando, me indispongo a seguir los ritmos habituales...me vuelvo mas lenta. Me indispongo a usar ropas ajustadas. No estoy dispuesta a sentir dolor, no hay dolor, estoy dispuesta a sentir los movimientos de mis ovarios y de mi útero, los tomo relajada y no los combato ni resisto. Estoy indispuesta a exigirme estar como en otros momentos del mes, me dispongo a reconocer mi esencia cambiante de mujer y mis tiempos. Estoy indispuesta a ocultarlo, lo digo para que mi entorno me reconozca mujer sangrante y respete las necesidades de mi periodo. Me indispongo a hablarlo sólo con mujeres, no estoy dispuesta a sostener tabúes, los hombres se merecen conocernos. Nosotras nos merecemos conocernos, limpiarnos, sanarnos, respetarnos...¿estamos dispuestas?
Mi sangre me dice…
Desde la última Luna Roja vengo esperando. Pulso sus fases y encarno sus cambios.
Te mancho y te limpio, te duelo y te sano. Te anclo a la Tierra, te enciendo mojando.
El aire se lleva los días livianos, polleras bien sueltas con pies descalzos.
Te retiro, te cierro, te hago callar; para poder escucharte y evolucionar.
Habito tu centro, humedezco tu poder. Pinto tu frente para puedas ver.
Cuido tu casa, me hago símbolo en tu puerta. Protejo lo que habita, lo que sale y entra.
Me ofrezco como tinta, para poder pintar; y me transformo en otras tintas poder curar.
Riego tus plantas, embebo sus raíces, dejo allí el hierro que deja cicatrices.
Los toma la Madre, se nutre y me nutre; devuelve a la Luna el Poder que me infunde.
Belén Caminotti
Psicóloga-Reikista-doula
Rosario (Santa Fe)