Hermanas de camino
Por Melina Vargas, Chile
No tengo muchas palabras para expresar lo que en mi corazón palpita por la mujeres que han rodeado mi vida.

Desde mis abuelas, sus recuerdos, las historias que mi madre me contaba de ellas y las tardes que pasaba jugando mientras miraba dibujar a mi hermana mayor, puedo sentir un olor especial en el aire, una sensación magnífica en el espacio y en el tiempo. Con el pasar de los años solo hay un momento preciso que me devuelve a esos recuerdos especiales con mi madre, mis abuelas y mi hermana; y es justo cuando estoy en compañía de mis hermanas de camino, de mis maestras de vida.
Puedo sentir esa misma comodidad y seguridad cuando me encuentro en círculo, en una tarde de té y charla; es ahí donde suelo encontrar un aura especial en el aire, es ahí cuando la luz cambia y me envuelve con la energía del sostenimiento.


omo ofrenda a mis hermanas, hago acopio de mis recuerdos, vuelvo atrás y miro mis pasos recorridos con una cámara en mano, para intentar compartir con todas ustedes el lugar donde yo hoy puedo ver a la diosa. Las imágenes que les comparto en esta nota las he ido haciendo a través de los años, observando, igual que cuando era niña y miraba a mi hermana dibujar, hoy observo a mis hermanas brillar y aprendo junto a ellas a brillar con luz propia.

MARIA MELISA VARGAS