DARLE VOZ AL ÚTERO
Por Caro Paz, Chile
Manejando en la carretera, por la montaña. Me toco ver un caballo corriendo.
Nadie lo montaba, nadie había al rededor.
Solo un gran espacio de naturaleza, y el iba corriendo con toda su potencia, o con lo que yo creo fue toda su potencia. Me llego una gran emoción. Y todo mi cuerpo vibró con esta imagen. Y es que hoy, es un lujo ver un caballo corriendo salvaje.
Muchas mujeres creen que lo salvaje grita, ruge y lucha. Pero no es solo eso, lo salvaje también puede ser un vuelo, dulce, un amanecer de colores, un agua quieta reflejando el cielo. Lo salvaje y lo no domesticado es la voz de la verdadera esencia. Y no necesariamente es el rugido de un león. Es mas, esta en movimiento y tiene todos los sonidos y los colores en si.
Este caballo me dijo: dale a lo salvaje, su voz.
Caropaz