CONVIRTIÉNDOME EN MUJER: CAMBIOS EN LA MENARQUÍA
Anna A. Miranda, Colombia
Terapeuta Menstrual Certificada

Queridas,
en esta oportunidad me dirijo a todas las niñas que están viviendo el tránsito hacia ser mujeres y a las que pronto empezarán a vivirlo:
Lo cierto es que estás dejando de ser niña, para pasar a ser mujer, y en ese paso van a sucederle bastantes cosas a tu cuerpo (todas ellas naturales):
Te saldrá vello en las axilas, en las piernas y en el pubis principalmente; el pubis, esa zona por encima de tu vulva donde va a aparecerte vello, se conoce como Monte de Venus: qué nombre tan divino, tan sagrado ¿cómo iba a ser ese vello malo?
Se tiene en muy mala consideración el vello femenino, a menudo se asocia con la suciedad, la falta de higiene y la poca feminidad, pero realmente nada de eso es cierto: Nuestro cuerpo es sabio y todos sus elementos tienen una misión, por algo están ahí. En el caso del vello púbico, este protege nuestra zona sexual y es una barrera que nos cuida de enfermedades de transmisión sexual.
¡Dónde hay pelo hay alegría!
Así, la depilación es una opción, como otra cualquiera, y antes de tomarla deberías preguntarte: ¿Lo hago por mí o por lo que piensen lxs demás?
Y decidas lo que decidas nunca dejes de hacer cosas, como ir a disfrutar de un día de playa, por no haber tenido tiempo de depilarte, ni sientas que por tener vello eres menos bella.
Se desarrollarán tus senos, mucho o poco, eso no es relevante, tu belleza es perfecta tal y como es.
Se te ensancharán las caderas; eso sucede ya que tu cuerpo está madurando y pronto tendrá la capacidad de gestar vida, de tener hijxs, y para que estxs puedan crecer en tu útero y salir de tu cuerpo por el canal del parto, que es tu vagina, necesitan espacio.
Tu olor va a cambiar, y de nuevo es importante que sepas que ese olor no es signo de suciedad, ese olor es realmente importante, eres tú, es tu esencia. El uso de desodorantes íntimos, además de llevar químicos que no respetan tu cuerpo, modifican tu olor, para que todas olamos igual y, por lo tanto, dejemos de ser auténticas.
Tu auténtica tú es más chévere que buscar ser como las demás
Tú eres única, todas somos únicas
Vas a empezar a experimentar, o de pronto ya lo has experimentado, eso a lo que llaman “mariposas en el estomago”, cuando te guste alguien; de pronto también se te “suben los colores” cuando algo te da vergüenza, o alguien que te gusta te habla, etc. Todo eso es normal, es una nueva fase de tu sexualidad, que está aflorando en tus relaciones con los otros y, tranquila, poco a poco se irá haciendo más leve, mientras tanto ¡disfrútalo!
Y en medio de todos estos cambios llegará tu primera gota de sangre, tu menstruación, el inicio de tu ciclicidad, de la que hablaremos a profundidad en la siguiente entrada.
Lo cierto es que todos estos cambios pueden llegar más o menos temprano, porque cada una tiene su propio ritmo; no debes asustarte por los cambios que vayas experimentando, simplemente obsérvalos, trata de conocerlos y comprenderlos, y disfrútalos lo más que puedas.
Es importante que si te surgen dudas las puedas hablar con una mujer que ya haya vivido esos cambios, tu mamá puede ser una buena aliada, pero también puedes ser una tía, una amiga mayor que tú, una maestra o cualquier mujer en la que tú confíes.
Ahora que empiezan los cambios, y con ellos la magia de tu femenino, te recomiendo que tengas un diario en el que vayas anotando lo que vayas sintiendo y descubriendo (en tu cuerpo, en tus emociones, en tus sueños, en tus actitudes con lxs otrxs, en tus pensamientos); cuanto más nos conocemos mejor nos cuidamos (y más nos amamos), y así sabemos cuando algo que nos está pasando es natural y forma parte de nuestro propio ritmo y proceso, o cuando debemos ver un poco más allá.

Anna A. Miranda
facebook.com/amaryi.retornoalamadre